Escribe tu historia.

Empieza una etapa nueva y se me encoge el estómago de emoción cuando lo inesperado llama fuerte a mi puerta.

Cierro los ojos, me relajo. Inspiro. Exhalo. Disminuye mi pulso golpe a golpe cuando mis pulmones se hinchan sedientos de aire. Abro los ojos, todo sigue en su sitio.
En ocasiones la seguridad nos abandona y envuelve una espesa nube de duda gris. Cuando esa nube se fija en mí, esté donde esté y me mire quien me mire, me detengo y la espanto. Inspiro, exhalo.

Hacen falta muchos momentos brillantes para contrarrestar solo una de las tristezas. Pero por desgracia para estas, hay montones de momentos únicos escondidos entre los pliegues de las pequeñas cosas esperando a que los activemos. Latentes, vírgenes.

¿Soy feliz?

Recuerdo muchos momentos de alegría intensa de esa que puedes palpar. Esos instantes en los que te miras desde fuera y piensas “no olvidaré nunca este momento” y sigues disfrutándolo conscientemente, queriendo atrapar cada sensación que se sucede.

Noche cerrada, mis pies descalzos se deslizan por la arena fría. Oigo el mar agitado a mi izquierda, huele a salitre. Al final de la playa las luces de la ciudad me iluminan a trazos rojizos, negros y blancos. La música retumba en mis oídos. Me siento bien, el alcohol hace que note el cuerpo lento y ligero. Y de nuevo la música entre mis costillas llama. Pum, pum, pum. Conozco la canción y la coreo. Mis amigos bailan a mi lado sonriendo. Ahora mismo no me preocupa nada más y me dejo llevar. “No olvidaré este momento.”

Un beso que se anuncia, un abrazo después de una discusión, pasear por primera vez en manga corta bajo un sol amarillo después de un largo invierno, un amigo que viene de lejos, una llamada en la noche, un juego de palabras, una canción, el recuerdo de un verano, un triunfo, una fiesta, las risas de año nuevo, un regalo, esperar ante su portal con los nervios a flor de piel, el repiqueteo de cristal de unas cervezas que brindan, conducir solo con muchos kilómetros por delante con el sol quemándonos la mejilla y tararear una melodía, coger un avión con muchos planes en la maleta, sentarse una tarde fría a ver fotos de ayer, el primer café del día, estrenar una terraza en primavera, acudir a una cita, estrenar algo nuevo, vestirse para una ocasión importante, una reconciliación, una noche llena de estrellas, el corazón acelerado después de correr, cerrar los ojos bajo el agua de la ducha, despertar a su lado…

Todos hemos llenado cuadernos de recortes, cajones y más de un álbum de fotos con este tipo de recuerdos. Pero dejamos de merecerlos cuando los añoramos y tristes volvemos a revivirlos en lugar de seguir adelante en busca de todos aquellos que nos pertenecen y aún no han llegado a nuestro encuentro para completar las páginas que quedan vacías.

Una página en blanco puede ser igual a una sensación de peligro inminente, de incertidumbre o desconcierto. Pero puede que esa página sea la más importante de todo el cuaderno, puede ser El Momento que estabas esperando. Da un salto de fe. Lánzate sobre ella y olvida el párrafo anterior sin hacer equilibrios en una línea. Estás dentro de tu propia historia, está hecha a tu medida y pase lo que pase podrás contarlo como más te guste. Podrás elegir las palabras, llenarlo de adjetivos, omitir detalles, destacar colores, sabores, quedarte con lo bueno e inmortalizar lo más especial.

Dale un giro a los acontecimientos, coge el lápiz con firmeza pero deja que se deslice con soltura. Desarrolla la traza y disfruta del nudo alargando todo lo posible el desenlace.
En ocasiones cogemos demasiada carrerilla queriendo conocer el final de todo, el instante último, como un secreto que se revela con el tiempo. Lo que imprime carácter a tu historia es el ritmo que lleva. Es el cómo y no el qué.
Cuando acojas esto, descubrirás lleno de ganas renovadas que puedes influir en la historia de otro, haciendo notas a pie de página y compartiendo unas páginas o quién sabe si varios capítulos.

Pd: Deja un hueco en blanco con mi inicial, porque quiero trastocar todos tus planes.

Abre una página al azar, nos vemos allí.



Comentarios

  1. may I use it for a digital collage on my blog?
    Herzlich Pippa

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